lunes, 22 de agosto de 2016

¿Qué caracteriza al turista del siglo XXI?




La actividad turística se caracteriza por una evolución constante, siendo la misma más acentuada durante el último siglo, ya que la explosión del turismo de masas ha posibilitado un desarrollo más rápido y ha generado en la mente del visitante la idea de concebir al turismo como un derecho, no como un privilegio.

Así pues, nos encontramos ante un sector que mira al futuro asentado sobre dos pilares básicos: progreso y generación de experiencias en el visitante, ya que la acusada competencia, cada vez más acentuada, obliga a profesionales a usar el ingenio y la diferenciación como principales bazas de desarrollo. La idea de ofrecer una visión de autenticidad y de diferenciación se convierten en las principales estrategias de las empresas turísticas a nivel mundial, siendo también de suma importancia muchas otras actuaciones referidas a calidad, precio y enfoque.

Esta evolución ha estado totalmente influenciada por las constantes tendencias que surgen de manera continuada en el sector turístico, ya que el turista se mueve por impulsos claramente psicológicos y sociales, estableciéndose una rigurosa selección de prioridades a la hora de seleccionar un destino, una experiencia, una aventura o una vivencia nueva que disfrutar en otro lugar diferente al habitual de residencia o trabajo.

Principales características del turista del siglo XXI:

Turista informado.
Con la revolución que Internet ha supuesto en todos los aspectos, el turista actual se sirve del "big data" para informarse de manera rigurosa sobre el destino que va a visitar, extrapolándose el uso de internet para muchas otras actividades del sector, desde la selección de un hotel en otro país, hasta la selección de un restaurante en la misma ciudad de residencia, por ejemplo.

Turista inquieto.
A pesar de la información encontrada en Internet, el turista siempre alberga un margen de duda y de incertidumbre ante la información encontrada, de ahí que contraste la información deseada en diversas fuentes y que realice su actividad aún con dudas. En estos casos, el boca a boca actúa como un elemento que disipa en gran medida las dudas finales que el turista pueda sentir.

Turista exigente.
Como se suele decir en muchos casos: ¡El que paga exige! Este dicho también se aplica al sector turístico y de ocio, ya que el turista espera obtener una respuesta a sus necesidades a la hora de contratar un determinado producto y/o servicio, siendo la principal estrategia de todo destino y empresa turística ofrecer al visitante un nivel de satisfacción mayor al que espera obtener a priori de la realización de su actividad, con el fin de ganarse la confianza del mismo y obtener el valor añadido de un cliente fidelizado que repetirá.

Turista experiencial vs turista material.
El inicio de la actividad turística tras el boom de mediados del siglo XX se caracterizó sobre todo por una escasa oferta concentrada en puntos geográficos determinados, por lo que lo material ganaba peso de manera considerable a lo experiencial. Todo destino, producto y servicio turístico tiene un ciclo de vida preestablecido, siendo la época de estancamiento la que denota un cierto nivel de desgaste. En este punto resulta de vital importancia inyectar una dosis dinamizadora o dejar que el ciclo llegue a la fase de declive. Así pues, el turista valorará esta nueva reestructuración y otorgará más valor a lo experiencial en contra de lo material, ya que, al fin y al cabo, la generación de experiencias en la mente del consumidor actúa con una mayor fuerza que la adquisición de cualquier regalo físico, souvenir adquirido en el destino.

Turista comprometido con el destino que visita.
Si hace años el turista que llegaba al destino simplemente disfrutaba de los productos y servicios, a día de hoy se ha producido una visible evolución en dicha actuación, siendo cada vez más natural el interés del visitante por ser parte del destino que visita, de su gente, de sus arraigadas costumbres, así como de su cultura, todo ello con el fin último de sentirme como un residente más durante la estancia. Esta concepción también ha generado el establecimiento de acciones estratégicas para tal fin, ya que, si una imagen vale más que mil palabras, ¡Imagina una experiencia!

En definitiva, el turismo es un sector tan dinámico y tan impredecible ante los cambios, que resulta de vital importancia establecer los adecuados mecanismos de control para un completo desarrollo de una actividad que ha sabido ganarse una importancia creciente en nuestro país y en el mundo.


FUENTE:
http://observatorioelrincondelturista.blogspot.com.es/2016/08/caracteristicas-principales-del-turista.html

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