La actividad turística
se caracteriza por una evolución constante, siendo la misma más acentuada
durante el último siglo, ya que la explosión del turismo de masas ha
posibilitado un desarrollo más rápido y ha generado en la mente del visitante
la idea de concebir al turismo como un derecho, no como un privilegio.
Así pues, nos
encontramos ante un sector que mira al futuro asentado sobre dos pilares
básicos: progreso y generación de experiencias en el visitante, ya que la
acusada competencia, cada vez más acentuada, obliga a profesionales a usar el
ingenio y la diferenciación como principales bazas de desarrollo. La idea de
ofrecer una visión de autenticidad y de diferenciación se convierten en las
principales estrategias de las empresas turísticas a nivel mundial, siendo
también de suma importancia muchas otras actuaciones referidas a calidad,
precio y enfoque.
Esta evolución ha
estado totalmente influenciada por las constantes tendencias que surgen de
manera continuada en el sector turístico, ya que el turista se mueve por impulsos
claramente psicológicos y sociales, estableciéndose una rigurosa selección de
prioridades a la hora de seleccionar un destino, una experiencia, una aventura
o una vivencia nueva que disfrutar en otro lugar diferente al habitual de
residencia o trabajo.
Principales características
del turista del siglo XXI:
Turista informado.
Con la revolución que
Internet ha supuesto en todos los aspectos, el turista actual se sirve del
"big data" para informarse de manera rigurosa sobre el
destino que va a visitar, extrapolándose el uso de internet para muchas otras
actividades del sector, desde la selección de un hotel en otro país, hasta la
selección de un restaurante en la misma ciudad de residencia, por ejemplo.
Turista inquieto.
A pesar de la
información encontrada en Internet, el turista siempre alberga un margen de
duda y de incertidumbre ante la información encontrada, de ahí que contraste la
información deseada en diversas fuentes y que realice su actividad aún con dudas.
En estos casos, el boca a boca actúa como un elemento que disipa en gran
medida las dudas finales que el turista pueda sentir.
Turista exigente.
Como se suele decir en
muchos casos: ¡El que paga exige! Este dicho también se aplica al sector
turístico y de ocio, ya que el turista espera obtener una respuesta a sus
necesidades a la hora de contratar un determinado producto y/o servicio, siendo
la principal estrategia de todo destino y empresa turística ofrecer al
visitante un nivel de satisfacción mayor al que espera obtener a priori de la realización
de su actividad, con el fin de ganarse la confianza del mismo y obtener el
valor añadido de un cliente fidelizado que repetirá.
Turista experiencial vs
turista material.
El inicio de la
actividad turística tras el boom de mediados del siglo XX se caracterizó sobre
todo por una escasa oferta concentrada en puntos geográficos determinados, por
lo que lo material ganaba peso de manera considerable a lo experiencial. Todo
destino, producto y servicio turístico tiene un ciclo de vida preestablecido,
siendo la época de estancamiento la que denota un cierto nivel de
desgaste. En este punto resulta de vital importancia inyectar una dosis
dinamizadora o dejar que el ciclo llegue a la fase de declive. Así pues, el
turista valorará esta nueva reestructuración y otorgará más valor a lo
experiencial en contra de lo material, ya que, al fin y al cabo, la generación
de experiencias en la mente del consumidor actúa con una mayor fuerza que la
adquisición de cualquier regalo físico, souvenir adquirido en el destino.
Turista comprometido
con el destino que visita.
Si hace años el turista
que llegaba al destino simplemente disfrutaba de los productos y servicios, a
día de hoy se ha producido una visible evolución en dicha actuación, siendo
cada vez más natural el interés del visitante por ser parte del destino que
visita, de su gente, de sus arraigadas costumbres, así como de su cultura, todo
ello con el fin último de sentirme como un residente más durante la estancia.
Esta concepción también ha generado el establecimiento de acciones estratégicas
para tal fin, ya que, si una imagen vale más que mil palabras, ¡Imagina una
experiencia!
En definitiva, el
turismo es un sector tan dinámico y tan impredecible ante los cambios, que
resulta de vital importancia establecer los adecuados mecanismos de control
para un completo desarrollo de una actividad que ha sabido ganarse
una importancia creciente en nuestro país y en el mundo.
FUENTE:
http://observatorioelrincondelturista.blogspot.com.es/2016/08/caracteristicas-principales-del-turista.html
http://observatorioelrincondelturista.blogspot.com.es/2016/08/caracteristicas-principales-del-turista.html
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