En España sólo el 4% de las habitaciones es low cost, frente al 24% en Francia y al 27% en EE.UU.
El sector hotelero ha evolucionado para responder a la
demanda de marca, estilo y mejor tecnología, ofreciendo un diseño cuidado y
moderno. En la imagen, un hotel Ibis Budget, del grupo Accor.
La hotelería low cost en España es un segmento con mucho
futuro en el que hay hueco para muchos más establecimientos y operadores, como
confirma Luis Arsuaga, director de JLL Hotels & Hospitality Group. Y es que, mientras que en
nuestro país “sólo alrededor del 4% de las habitaciones hoteleras es low cost,
en el Reino Unido el porcentaje es de aproximadamente un 18%, en Francia un 24%
y en Estados Unidos un 27%”.
Lo cierto es que, según destaca Eliseo Llamazares, socio
responsable de la oficina de KPMG en Baleares, “bajo coste no significa
necesariamente baja calidad o bajo nivel de servicio, ni real ni percibido. Si
recurrimos a la famosa ecuación que rige hoy en día el entorno experiencial, S (satisfacción)=P (percepción)-E (expectativa),
estos hoteles cumplen de forma muy razonable con un nivel óptimo de
satisfacción ya que su mercado objetivo, principalmente millennials, tiene una
expectativa muy ajustada a la realidad porque conoce perfectamente lo que busca
y por ello la satisfacción suele ser positiva".
Y es que, en palabras de Bruno Hallé, socio director de Magma Hospitality Consulting,
“depende de las expectativas reales del consumidor. Lo que demanda un cliente
es una buena cama, una buena ducha y buena conectividad (wifi, música,
tecnología en general). Si el hotel es capaz de cubrir estos servicios a un
precio razonable no pedirá otros servicios que no le interesan. Estaríamos
hablando de una relación
servicio-precio, es decir, pagas por lo que te doy”.
Coincide así con Arsuaga, quien incide en que estos
hoteles “se centran en la venta de camas, tras desprenderse de muchos accesorios, servicios y amenities que tradicionalmente iban aparejados
sí o sí a la estancia en un establecimiento y que a lo mejor sólo los usaba un
pequeño porcentaje de clientes”.
Por ejemplo, uno de los servicios de los que han
prescindido los hoteles low cost es el restaurante,
“cuyos márgenes de beneficio son del 15-25%, mientras que los de venta de camas
están rondando el 75%, por lo que suelen ser mucho más rentables que el resto de hoteles. El ahorro de costes también viene
por el personal: cuando un 4 estrellas tradicional de 100
habitaciones funciona con 30 empleados aproximadamente, un low cost del mismo
tamaño puede hacerlo con 10”.
Evolución
La evolución experimentada por este mercado es
similar a la del sector aéreo. De hecho, según Arsuaga, “la irrupción del fenómeno low
cost en la aviación llevó aparejado un impulso al low cost de la hotelería”.
Y como explica Llamazares, “el mercado hotelero ha creado un producto donde el
precio representa la tarifa del servicio básico, el alojamiento, al que pueden
sumarse otros, contratados y pagados aparte (catering, prensa, amenities,
etc.), aunque otros servicios, como el wifi,
son considerados como parte indispensable del pack de alojamiento. Es la evolución normal de un mercado en época de crisis en el que el huésped quiere decidir
qué servicios recibir y paga por ellos una contraprestación justa”.
Ya dentro del mercado hotelero, y según argumenta
Bruno Hallé, “el origen de los hoteles low cost lo encontramos en aquellos
establecimientos ubicados en las periferias de las grandes ciudades, con los Formule 1, del grupo Accor,
como ejemplo por excelencia. Estaban ubicados en zonas donde el suelo era muy
barato, concesionado o regalado por los ayuntamientos, de manera que podían
desarrollar unidades que cubrían las necesidades básicas del viajero: buen
descanso, cama cómoda, habitación insonorizada y un precio muy económico. Por
contrapartida carecían de servicio de recepción 24 horas, de restaurante, o
duchas y baños en la misma habitación, sino que eran compartidos. Con el tiempo este modelo ha ido evolucionando y se ha trasladado a los centros
de las ciudades, con ubicaciones muy estratégicas en hoteles
“limited services” donde el cliente paga por esos servicios básicos y por una
muy buena ubicación. Ejemplos de ello son los Chic&Basic, Hoteles Quo, Praktik Hotels,
o la evolución de Sidorme con su próxima apertura en
Fuencarral”. (Ver: 'Videonoticia: cómo se convierte en hotel un edificio centenario',
publicado por HOSTELTUR noticias de turismo).
Por otra parte, los cambios tecnológicos, las redes sociales y el crecimiento de los viajes del turismo joven,
que ya supone más del 20% de los viajeros a nivel mundial, han sido decisivos
en la evolución de este segmento de oferta alojativa, como apunta Marta Andreu, location manager de Christie&Co.
“Pero el sector hotelero ha evolucionado y ahora el low cost tradicional ya no es
suficiente, hay un nuevo estándar y el público quiere marca, estilo y mejor tecnología, así que ahora
ofrecen un diseño cuidado y moderno. Tienden a centrarse en dar aquellos servicios que el cliente aprecia y está dispuesto a pagar,
reduciendo a la mínima expresión todos aquellos que sus huéspedes no buscan,
para así ahorrar en costes”.
El futuro
En este sentido, Eliseo Llamazares (KPMG) señala que los hoteles low cost “se irán sofisticando y dando la posibilidad de contratar de
forma voluntaria todo tipo de servicios, incluso muchos de los que podríamos
denominar de lujo. Evolucionarán a establecimientos tecnológicos,
preparados para gente joven y donde las habitaciones estarán reducidas al
mínimo y las zonas comunes serán las que tomen protagonismo”.
En esta evolución jugará un gran papel, en opinión
de Bruno Hallé (Magma),
“la tecnología,
siendo uno de los elementos diferenciadores como lo demuestran ejemplos como
las cadenas hoteleras CitizenM y Yotel.
Las bases ya las tenemos, es cuestión de incorporar cada vez más los últimos
avances tecnológicos”.
No en vano, según constata Marta Andreu (Christie&Co), “el segmento low
cost sigue creciendo con nuevas marcas y redefiniendo
continuamente los productos. El mercado se está estandarizando
para ofrecer habitaciones con todos los elementos y componentes necesarios y
buen servicio”.
En el caso concreto de Madrid, Luis Arsuaga (JLL) indica que “hay una oportunidad importante de crecimiento para todas las cadenas low cost y de hostels,
pues existen muchos hoteles privados en franco mal estado de conservación que
con una pequeña reforma y una gestión más profesional e imaginativa pueden ser
mucho más rentables”.
Ibis Budget
El grupo Accor ha consolidado su marca Ibis Budget como líder en el segmento low cost en
España gracias a sus 17 hoteles abiertos,
el último en Barakaldo (Accor incorpora a su marca ibis budget un hotel en Bilbao),
a los que próximamente se sumarán el Ibis Budget Madrid Calle 30 y el Ibis Budget Zaragoza.
Detrás de este posicionamiento se encuentran, según apuntan desde la cadena,
“la experiencia de Accor en
hotelería económica de calidad y la ausencia de competidores en el mercado cuando el grupo inició
su fuerte desarrollo en España en el año 2000”. En esta estrategia de
desarrollo conviven las nuevas construcciones (el grupo compra el suelo, construye y
gestiona) con los franquiciados en ciudades medias.
FUENTE:
http://www.hosteltur.com/187420_hoteles-low-cost-nicho-mercado-constante-evolucion.html
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