Ya es habitual fuera de nuestras
fronteras. Son muchos los que se acercan a cementerios como el de París o
Londres a visitar las tumbas de personajes ilustres. En España hay un concurso
que premia los mejores camposantos a nivel arquitectónico. También existe una
ruta de cementerios europeos.
El 'necroturismo',
el turismo de cementerios, tiene una gran tradición en Europa
aunque en España está dando sus primeros pasos y cada vez son más los camposantos que
han decidido abrir sus puertas al curioso y visitante organizando rutas
específicas. Más allá de su función expresa, muchos han entendido que el
cementerio es un elemento
arquitectónico de importancia cultural y de ahí su interés en visitarlo como una
actividad turística más. Casi una
veintena de cementerios españoles están reconocidos como de interés turístico.
En Europa existe desde hace tiempo una importante
conciencia de uso de este patrimonio funerario y la web de la Asociación
Europea de Cementerios Singulares muestra los camposantos más importantes de
ciudades como París, Londres, Viena, Praga o Roma. Desde el Consejo de
Europa se ha reconocido a la Ruta Europea de los Cementerios con la mención de
'Itinerario Cultural del Consejo de Europa' demostrando la importancia de este
tipo de turismo que valora los cementerios como espacios urbanos ligados a la
historia y cultura de la ciudad.
La ruta recorre casi 50 ciudades de toda Europa,
entre las que destacan Oporto, Florencia, Estocolmo, París, Londres, Cracovia o
Atenas. De España se han elegido camposantos como el cementerio municipal de Granada, el de Ciriego en Santander o el cementerio de Polloe de San Sebastián.
El turista que desee recorrer esta particular ruta
podrá visitar las tumbas de personajes como el filósofo Jean-Paul Sartre (en el
parisino cementerio de Montparnasse), el compositor Ludwig van Beethoven (en el
Zentralfriedhof de Viena) o el pintor surrealista Joan Miró (en el cementerio barcelonés de
Montjuïc). Además podrá recorrer conjuntos escultóricos y arquitectónicos
de estilos tan variados como el art noveau, el neogótico, el neoclásico o el
romántico.
En España, este tipo de necroturismo está
despuntando y en los últimos años son muchos los cementerios que se han sumado
a esta nueva moda de mostrar ángeles, serafines o vírgenes de mármol. En Madrid, coincidiendo con su bicentenario, la
sacramental de San Isidro ofreció visitas guiadas para dar a conocer el
patrimonio artístico, histórico y paisajístico que atesora.
El objetivo de la iniciativa es apoyar al
cementerio para difundir el valor de sus más hitos funerarios (de todos los
estilos artísticos del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX) y recaudar
fondos para destinarlos a atajar los problemas de erosión que sufren algunos de
ellos. En la capital también se celebró el pasado mes de junio la I Ruta de
Turismo de Cementerios en el camposanto de La Almudena y el Panteón de los
Hombres Ilustres, coincidiendo con la Semana Europea de Turismo de Cementerios.
Además también se muestran a los turistas que lo
deseen los cementerios de Montjuic (Barcelona), Comillas (Cantabria), Valencia
(en la ruta bautizada como 'Museo del silencio') y La Almudena
(Madrid). También merecen ser visitados por originales los cementerios de
Bilbao, Polloe (San Sebastián), Comillas (Santander), el cementerio de Vilanova
i la Geltrú o el del Inglés (Málaga) que incluso organiza visitas nocturnas o
bilingües. El cementerio de Monturque en Córdoba es el único cementerio de
España que contiene en su interior una zona arqueológica declarada Bien de
Interés Cultural y posee en su interior unas cisternas romanas que se
descubrieron en el siglo XIX, cuando una epidemia de cólera obligó a ampliar el
cementerio.
En Galicia destaca el conocido como 'Cementerio del
fin del mundo', que está en Fisterra. Es obra de César Portela y está formado
por 14 cubos de granito proyectados hacia el mar desde el acantilado. Todos
ellos (con otros tres cubos algo más arriba: la sala de autopsias, el depósito
y la capilla) componen el cementerio sin muertos más valorado del
planeta. Finalista de los premios Philippe Rotthieer (2002) y Mies van der
Rohe (2003), ha sido reconocido como una de las mejores obras funerarias del
mundo por Oxford y alabado en unas 50 publicaciones especializadas. Pero el
cementerio de Portela sigue provocando rechazo entre muchos vecinos que quieren
sepultar a los suyos en un lugar "más acogedor".
El "tanaturismo", como también se denomina, tiene defensores y detractores. los primeros alegan que se trata de un nuevo concepto turístico que aleja a los visitantes de los monumentos más convencionales al tiempo que fomenta la preservación de unos espacios que guardan un importante patrimonio histórico, artístico y social. Los detractores que rechazan esta nueva modalidad turística argumentan que la llegada de visitantes podría poner en peligro la conservación de los recintos funerarios, así como la tranquilidad que, según ellos, deben tener estos lugares.
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