El
turismo se ha transformado radicalmente en los últimos años, fruto de múltiples
cambios que se han generado en el mundo, tanto en el ámbito demográfico,
económico y tecnológico, como desde el punto de vista de los gustos y
motivaciones de los propios turistas.
Desde
el punto de vista demográfico,
las poblaciones de los mercados tradicionales (europeos, norteamericanos y
japoneses), que han dominado los flujos turísticos en las últimos décadas,
están envejeciendo,
lo que tiene un reflejo en los gustos y las necesidades de estos turistas, que
cada vez son más mayores.
En la
última década también han cambiado mucho las estructuras familiares, con la
aparición de nuevos
modelos familiares(como pueden ser los padres solteros), que tienen
necesidades específicas cuando viajan. Hay que conocer las necesidades de los
nuevos modelos familiares y personalizar la oferta para cada uno de ellos.
Otro
grupo poblacional que está cambiando el sector son los Milenians. Se
denominan así a los jóvenes nacidos entre 1981 y 1995 (aproximadamente), que
tienen un concepto diferente de viajar al de sus padres y que demandan una
comunicación y unos servicios muy diferenciados.
Por
otro lado, en el plano
económico, la globalización ha hecho que los viajes sean hoy más
asequibles para mucha gente, debido a la mayor oferta y competencia y a la
reducción de los costes de los vuelos. Fruto de la globalización, también han
surgido nuevos mercados
emisores de turistas, que
tienen unas características diferentes a los tradicionales. Las nuevas
economías emergentes de China, Rusia, India o Brasil están generando nuevos
flujos turísticos que hay que conocer y saber atender.
China
se ha convertido en uno de los principales mercados emisores en el ámbito
mundial, tanto por el número de turistas que emiten, como por el alto gasto
turístico que generan (pueden gastar 900 euros en cada compra). Sus turistas
tienen necesidades muy especificas que es importante conocer para lograr que
queden satisfechos y que nos ayuden a prescribir el destino o la empresa
turística que usan (las recomendaciones de otros turistas es uno de los
factores más importantes para los chinos a la hora de elegir donde viajan).
En los
últimos años también han surgido nuevas formas de viajar, relacionadas con la
emergente economía
colaborativa, donde los usuarios comparten recursos y servicios
turísticos entre sí. Plataformas como Airbnb, Uber o Blablacar son solo algunos ejemplos de la gran
cantidad que están surgiendo a diario y que en algunos sectores están poniendo
en jaque a los operadores tradicionales de estos servicios.
Esta
economía colaborativa no solo responde a una necesidad de reducir costes, en
una coyuntura económica difícil en casi todo el mundo, sino también a la
búsqueda de opciones que encajen mejor con las necesidades específicas de
determinados turistas.
Algunas
familias prefieren alojarse en una casa particular, porque aparte de salirles
más económico, tienen más espacio, una sensación más acogedora y elementos más
personalizados que cubren mejor sus necesidades concretas (cocina, lavadora,
videojuegos). Ya se están viendo movimientos en el sector de los hoteles para
cubrir este tipo de necesidades, como BeMate, la iniciativa de Kike Sarasola,
fundador y presidente de Room Mate, que se ha metido en el alquiler de
apartamentos.
Otro de
los factores que más ha influido en los viajes, ha sido los cambios en los hábitos de consumo y la forma de viajar de muchos
turistas. Estas son algunas tendencias que han tomado fuerza en los últimos
años:
>La
vida urbana, cada vez más estresante, incide en la demanda, por parte de los
turistas, de productos relacionados con la salud, el bienestar o la
espiritualidad.
>Las
sociedades más avanzadas dedican más tiempo al ocio y a los hobbies, lo que se
refleja en la búsqueda de este tipo de actividades durante las vacaciones.
>El
diseño y la elegancia cada vez son elementos más demandados.
>Los
turistas no quieren productos estándar. Quieren tener un margen de
personalización y que su experiencia sea singular y adaptada a sus gustos y
necesidades.
>La
influencia de la cultura y filosofía oriental se traduce en la búsqueda cada vez
mayor de destinos, gastronomía, decoración o terapias relacionadas con oriente
(como pueden ser la meditación, el yoga o la acupuntura).
>Los
turistas buscan experiencias que les aporten un valor añadido. Toman
importancia actividades donde se pueda aprender algo nuevo o que permitan
conocer mejor la cultura local. Los turistas ya no quieren ser meros
espectadores, quieren ser protagonistas de sus vivencias.
>La
alimentación ya no se entiende simplemente como una necesidad, sino como una
actividad de ocio atractiva y sofisticada. En los últimos años hemos visto el
boom del turismo gastronómico.
>El
concepto del lujo ha cambiado. Hoy en día es un concepto vivo, flexible, que se
define dependiendo de cada persona. La autenticidad y el valor añadido que ofrecen
al cliente, son nuevos criterios de lujo.
>Los
turistas tienen cada día más conciencia social por el medio ambiente y un
interés genuino en conocer e involucrarse con la cultura local.
>Las
compras se han vuelto una de las principales motivaciones a la hora de viajar.
La irrupción de turistas con altos gasto turístico (como los de China, Rusia o
Oriente Medio) ha generado un nuevo concepto de turismo de compras que tiene un
alto impacto económico en el destino.
Destinos
y empresas turísticas tienen que conocer muy bien estas nuevas motivaciones de
los turistas, para adecuar producto y servicio.