jueves, 26 de febrero de 2015

Cambios en los hábitos de consumo y su implicación en el turismo.



Destinos y empresas turísticas tienen que conocer bien las nuevas tendencias en hábitos de consumo y su reflejo en la forma de viajar de los turistas y el tipo de experiencias que buscan.

La tecnología como factor de cambio.

La globalización y la tecnología han cambiado profundamente la forma en que consumimos. La globalización ha hecho que la oferta disponible de productos y servicios sea muy amplia y variada y la tecnología ha cambiado las relaciones entre proveedores, intermediarios y clientes.

Por una parte la tecnología ha permitido a los consumidores acceder a gran cantidad de información, mucho más detallada y visual. Por otro lado, ha generado nuevos canales de comunicación y venta directos, entre proveedores y consumidores, que ya no dependen de los canales de intermediación.

Todo ello ha hecho que el poder haya cambiado desde proveedores e intermediarios hacia los propios consumidores y las empresas de tecnología.

Esto ha supuesto un cambio radical también en el modelo del sector turístico, con la perdida de relevancia y peso específico de turoperadores y agencias de viaje o de los paquetes turísticos.

La revolución móvil

A finales de 2016, aproximadamente 4.500 millones de personas en el planeta tendrán un teléfono inteligente. La cifra es impresionante por su volumen y por la penetración de este dispositivo en la mayoría de las sociedades. Pero también sorprende si la comparamos con los 2.800 millones de unidades que hay en la actualidad. Su crecimiento está siendo impresionante.

Su relevancia en términos de cómo afecta a los hábitos de consumo, se explica por ser el aparato tecnológico con el que más tiempo pasamos.

Este uso masivo de teléfonos inteligentes y otros dispositivos móviles están cambiando radicalmente la forma en que buscamos información y compramos. Pero no sólo eso, los móviles también son una importante fuente de entretenimiento. El móvil es uno de los pocos elementos que roban atención a la televisión y se ha convertido en uno de los principales canales donde se consumen contenidos.

Estos contenidos, cada vez tienen que ser de mayor calidad y relevantes para el consumidor. Pero dada la competencia y la oferta existente, dichos contenidos también tienen que ser cada vez más audiovisuales e impactantes.
El video se ha vuelto el soporte ideal para transmitir contenidos (ya sean noticias o información comercial). Destinos y empresas turísticas tendrán que adaptar su comunicación y sus materiales promocionales a este medio.

El auge de los móviles también ha propiciado la aparición de Aplicaciones Móviles (Apps), que están afectando al modo en que nos comportamos, nos relacionamos con el mundo exterior y consumimos. Hoy hay apps específicas hasta para organizar la compra en el supermercado y poder recibir información en tiempo real sobre los productos que estamos viendo (precios, información nutricional, ofertas, comparación con otros productos, comentarios de otros usuarios…). Los milleniams son los que más usan las aplicaciones.

El móvil también supone un elemento fundamental en los viajes, ya que muchos turistas viajan con dos dispositivos móviles (3 en el turismo de reuniones).

Destinos y empresas turísticas tienen que adaptarse tecnológicamente a los standards de sus clientes y contar con un canal de comunicación directo en todas las etapas del viaje. Eso exige tener que ofrecerles información en tiempo real.

El tener una app diseñada para los turistas puede ayudar a destinos y empresas turísticas a tener comunicación directa con sus clientes, recabar información de su comportamiento y poder generar cross-selling (venta cruzada), ofreciéndoles nuevos productos y servicios que aumenten su gasto turístico.

Además, esos mismos dispositivos móviles pueden ser uno de nuestros principales canales de promoción sin ningún coste, con los propios turistas compartiendo en tiempo real su experiencia y sensaciones en redes sociales, a través de fotos y videos que se viralizan fácilmente.

Cambio de gustos y necesidades

La vida, en la mayoría de las sociedades, cada vez es más estresante. Esto genera en sus ciudadanos una necesidad de desconectar y de relajarse. Esto afecta a la arquitectura, al diseño de interiores o a la demanda de servicios y actividades relacionadas con la salud, el bienestar o la naturaleza.

La mayoría de los consumidores consideran los viajes como una estupenda vía para desconectar. Esto hace que se incrementen los viajes cortos de city break o en torno a una temática específica. Pero también influye en la decisión sobre el destino al que se viaja y en la demanda de productos y servicios ya en el destino, tales como spas, clases de yoga, deporte activo o rutas por el campo que permitan olvidarse de la rutina diaria y recargar pilas.

En las sociedades modernas hay también una sensación de que hay que maximizar el tiempo (muy escaso y valioso). Eso hace que algunos turistas quieran tener experiencias que les aporten un valor añadido. Ya no vale solo tirarse al sol y tomarse una piña colada. Quieren actividades que les aporten una experiencia autentica y significativa.

Esto lleva a un mayor afán por aprender, que hoy en día se percibe como un proceso continuo en la vida.

Por otro lado, afortunadamente, los consumidores también tienen una mayor conciencia social y respeto por el medio ambiente. Ello genera turistas que demandan destinos sostenibles y que preservan sus recursos naturales.

Por último, la globalización también ha incentivado el interés por diferentes culturas, lo que se refleja en la búsqueda cada día mayor, por parte de los turistas, de actividades que les generen contacto directo con la comunidad local y la cultura del destino que visitan.

Personalización

Otro rasgo fundamental de la sociedad moderna es el hecho de que los consumidores quieren poder personalizar, en cierta medida, los productos y servicios que compran.

Esto tiene un reflejo muy directo en el sector turístico. Los turistas quieren ser protagonistas de su experiencia. No quieren productos estándar  y enlatados. Demandan poder personalizar ciertas cosas de su viaje (desde las almohadas y amenities en la habitación del hotel, a los sitios que visitan en un tour local). Esta personalización tiene que estar disponible tanto antes, como durante el viaje.

El mundo online aporta ya mucha información sobre muchos consumidores, ya sea por sus perfiles en redes sociales o su huella digital. Si esta información se cruza con la información que sobre ellos ya tienen hoteles y otras empresas turísticas, se puede ofrecer al consumidor productos y servicios adaptados a sus gustos y necesidades, que redunde en un mayor gasto turístico y mejore su satisfacción.


Economía colaborativa

Otro proceso que está cambiando los hábitos de consumo en todo el mundo es el auge de la economía colaborativa.

Usuarios, que no se conocen, se relacionan para ofrecerse o intercambiar productos y servicios directamente entre ellos, sin pasar por intermediarios. Este fenómeno esta afectando profundamente a algunos servicios turísticos como alojamiento, transporte local o guías turísticas.

Parece que esta tendencia se está consolidando. Lo importante es desarrollar una legislación clara sobre su funcionamiento y que estos nuevos servicios tengan las mismas obligaciones que los sectores ya establecidos. Lo que no se puede es generar competencia desleal, fuera del sistema y que no salvaguarda los derechos de los consumidores.
  
Nuevos medios de pago

La tecnología también ha permitido el desarrollo de nuevos formatos de pagos a través de móviles, que van a cambiar la forma en que consumimos productos. Dentro de poco se podrá pagar cualquier producto o servicio a través del móvil o del teléfono inteligente.

Los turistas demandan la posibilidad de gestionar sus servicios online, ya sea para reservar un hotel, comprar entradas para un espectáculo, reservar la entrada en un parque nacional o hacer el check out. Las empresas turísticas tienen que adaptarse tecnológicamente para estar a la altura de las necesidades de sus clientes. Es la cultura del “Paper Free”. Más sencillo, más barato y más sostenible.
  
El futuro

Pero si los cambios tecnológicos que hemos experimentando en los últimos años han cambiado radicalmente la forma en que consumimos, lo que viene en la próxima década será mucho más radical.

Entre los conceptos que van a modificar de nuevo la forma en que compramos, cabe destacar el concepto de Internet de las cosas, las Smart Cities y Big Data.

Su reflejo en el turismo son los Smart Destinations, que permitirán a los destinos turísticos ofrecer productos y servicios adaptados a las necesidades y los gustos de los turistas que les visitan.

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