domingo, 12 de enero de 2014

Marcas coherentes, más allá del logo.


En una empresa que en época de bonanza económica saca pecho de LUJO en su servicio o producto, y en momentos de recesión se agarra a la palabra OFERTÓN… Algo falla. No hay estrategia. No hay principios. No hay rasgo de personalidad, es decir, no está sustentada en unos valores propios.

Para que una marca se construya con fuertes cimientos, debe de reflejar la personalidad de su fundador, creador o equipo. Tiene que tener valores y principios en los que creer, sus motores de motivación.

Lo primero es hacer un trabajo honesto de auto-conocimiento. Repito: honesto. Realizar una DAFO de tu negocio te proporciona valiosa información, con la que potenciar tus fortalezas y mitigar tus carencias. Esto sirve, entre otras cosas menos comerciales, para conocer y focalizar tus acciones hacia un mercado bien definido.

Una imagen corporativa no es sólo un logo. Es la imagen que se transmite, ya sea en tus instalaciones, tu manera de trabajar, cómo te comunicas online y offline o el trato interno y externo con las personas. Las personas confían en personas, no en las organizaciones, así que cuanto más humanizada esté una compañía, más fiel será su clientela, más aumentará el boca a boca, más publicidad, más ventas…

¿Cómo transmite una compañía personalidad?

Sencillo: Por las emociones positivas que provoca, como puede ser la transparencia, la simpatía o, simplemente, con sentido del humor.

Campaña de publicidad del Museo Van Gogh de Amsterdam. Ejemplo de personalidad de marca con sentido del humor al representar la taza de café de su cafetería “sin oreja”. Coherencia artística.

Por ejemplo, un diseño honesto y sencillo, ya sea en la fisonomía del producto o en su logo, envía mensajes irracionales a nuestro cerebro no consciente de que ese producto no intenta ser más innovador, o más potente de lo que es en realidad. Lo mismo ocurre en el mundo online. Una web, software o una aplicación con un diseño digital sencillo, transmite que hace pocas cosas, pero las hace bien. Y un Diseño Digital Honesto no intenta convencer de que son algo más de lo que realmente son.

Ya sea en marcas, logos o diseños industriales, los adornos son anclas que los sitúa en contextos culturales. Son modas. Los productos o diseños que tienen adornos están acotados y necesitados de una actualización constante. Los que no son ornamentados no intentan parecer lo que no son, no intentan mentir. Son honestos. Sus creadores, probablemente, también.

Honestidad y Sencillez que provoca efectos positivos, e incluso cuestiones del tipo “¿Cómo no se me ocurrió a mí antes?”

Estas prácticas, a diferencias de la que comentábamos al principio, perdurarán en el tiempo, conseguirán reconocimiento, posicionamiento, fidelización, innovación, ventas…

No hay que confundir sencillez y honestidad con minimalismo, simplemente hay que evitar lo superfluo para no confundir al consumidor. Si para conseguir transmitir la funcionalidad de un producto / servicio se requiere de complementos, éste seguirá siendo sencillo y honesto alejándose del cliché de minimal design.

Dos características de un buen diseño:
>La Belleza interna provoca elegancia racional.
>Y la Belleza externa transmite fuerza irracional, emotividad.

Casar la personalidad del fundador o emprendedor de forma coherente con la imagen corporativa es la finalidad de un buen trabajo de personal branding y desarrollo de marca en una compañía. La coherencia en la empresa y su marca es la sinergia de combinar los valores humanos y las estrategias económicas.

Otto Aicher, diseñador por excelencia del S. XX, creador de imágenes corporativas de BraunLufthansa, ERCO y de los Juegos Olímpicos de Munich, o autor de Sistemas de signos en la comunicación visual, postulaba:

“El diseño ilustra la filosofía técnica y económica de una empresa, y la imagen de la empresa revela el carácter de la misma, define su mentalidad. El diseñador es el filósofo de la empresa, el que, sea cual sea dicha mentalidad, la hace perceptible”



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