lunes, 19 de enero de 2015

La negociación en el hotel.




La vida es pura negociación. Pongamos un ejemplo. Mi pareja se levanta sin dar los buenos días y con cara de pocos amigos. Sé que algo le ocurre, no digo nada hasta que se acerca al café y da el primer sorbo. Es entonces cuando le hablo, le sonrío y le digo que me cuente. No podemos decir, “a este ¿Qué le pasa hoy?” y dejar que se vaya a trabajar sin más. El secreto está en conocerse, el saber hasta qué punto puedes y debes hablar, reconfortar, dejar que se exprese. Es que las relaciones en la vida se basan en eso un intercambio de fuerzas que van variando de un lado al otro, durante todo lo que dura un proceso, hasta que finalmente se llega a un fin.

Pero la negociación es también algo extra, es relacionarse para hacerse más importante para el cliente.

Hay unos procesos bien diferenciados que hay que tener en cuenta y completo esta explicación básica con ejemplos a modo de ejercicios mentales que pueden ayudar a entender un sistema que me llevaría mucho tiempo describir. Si quieren compartir los razonamientos o tienen alguna duda pueden hacerlo directamente a mi correo personal o en el foro.

1) Prepárate.
Es un proceso decisivo y clave. Hay que conocer al cliente como si fuera tu mejor amigo. Pero también conocer tanto tu  producto como el de la competencia, como si fueran tu padre y tu madre. Suena exagerado, pero en turismo tenemos que hacer ese esfuerzo, pues estamos expuestos a diferentes fuerzas en la negociación, como la estacionalidad, precios, tipos de clientes …
Ejercicio. El cliente me comenta que el hotel X, le ha ofertado un 20 % de descuento. Supongamos que con nuestros márgenes no podamos competir, pero nos hemos preparado, conocemos a la competencia y sabemos que no tienen posibilidad de dar servicios de desayuno. ¿Qué haremos?

2) Comienza.
Expones tus ideas y conoces a la persona que tienes en frente. A partir de aquí todo puede cambiar, puede ir a mejor o a peor, por eso la presentación y demostración de producto ha de ser impecable. Tienes que estar muy atento a los diversos aspectos de su personalidad y analizar: lugar de trabajo, fotografías de familiares en su despacho, tipo de vestimenta, modo de hablar, país de proveniencia e intentar encontrar un nexo de unión. Puede ser incluso no nos interese negociar o negociar más adelante.
Ejercicio: En una cita con el cliente, el cliente nos saluda efusivamente y empieza dando un fuerte apretón de manos. ¿Cómo presentarías el producto? Y si el cliente es de pocas palabras y no suele mirarte a la cara cuando hablas.

3) Desarrolla.
Crear la necesidad y ser constante es la mejor arma durante este proceso. Puede ser que en un primer momento la relación sea la de yo compro, yo pago, pero con el tiempo tenemos que ser capaces de cambiar esa relación y lograr que con constancia y fortaleciendo la relación podamos ser imprescindibles o por lo menos necesario.
Ejercicio: Tenemos 10 clientes en la agenda, uno nos compra mucho, 6 lo normal y los otros 3 casi nada. ¿Cómo deberán ser las relaciones comerciales con cada uno?

4) Cierra.
En este momento es cuando todo se puede torcer. Hay que derrotar  las objeciones que te pone el cliente o los bloqueos de la negociación. Es mejor un mal cliente, que ninguno.
Parece un proceso sencillo, pero en algunos casos puede ser largo y agotador, pero merece la pena. Quizás para mí uno de los mejores dentro de la gestión comercial
Ejercicio: Después de muchas llamadas y diversas opciones de precios, la agencia receptiva nos comenta que en este momento no puede pagar la totalidad de la oferta y que depende de las compras en sus agencias emisoras ¿Renunciaremos al cliente? ¿Crearemos una oferta nueva después de 8 meses de negociación? ¿Buscaremos una salida a esto?



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