También sufre las consecuencias de una falta de actualización constante.
La formación continua facilita adaptarse más rápidamente a
los cambios de la demanda.
Entrevista a David Vicent, responsable de Marketing de DinamicBrain,
dejaba en un comentario en la noticia de ‘Las asignaturas pendientes de la hotelería española’,
publicada por HOSTELTUR noticias de turismo, sus dudas acerca de la formación del empresario. Su
opinión sobre la formación turística de hoy para el profesional del mañana levantaba poco después la polémica, y
en esta entrevista nos desvela cuáles son los principales déficits formativos del hotelero.
- ¿La
formación de los empresarios hoy en día, en líneas generales, está a la altura
de lo que se espera de ellos?
Creo que es tan heterogénea como nuestro propio
tejido turístico. Si bien especialmente en la empresa familiar ha existido una
preocupación y responsabilidad de los hijos por formarse, según el caso los
nuevos conocimientos se han aplicado mejor o peor en la empresa, bien por
choque generacional o porque el negocio funciona bien solo y el empresario
presta menor atención, entre otros motivos.
Es verdad que se ha avanzado mucho en la última
década en la formación del empresario, aunque los cambios han sido aún más
rápidos, por lo que hemos pasado de una formación estanca a una continua, y en
ese ámbito muchos empresarios especialmente "de antes" aún no han
entrado en el nuevo paradigma, frenando los cambios en su organización casi sin
darse cuenta.
Existe oferta de formación privada de muy alto
nivel, masters, escuelas de negocios, así como frecuentes eventos, charlas,
congresos sectoriales donde ir actualizándose constantemente y aunque el
empresario, especialmente el joven, está mejor formado de base, aún son muchos
los que no tienen el chip de actualizarse constantemente, por lo que en muchas
ocasiones los cambios de la oferta ante los cambios de demanda no son todo lo
rápidos que se desearía.
- ¿En qué
áreas tienen sus principales déficits? ¿Y en cuáles están “sobradamente
preparados”?
En mi opinión, y según los empresarios que he
conocido, casi todos están bien formados en la parte de gestión del negocio,
conocen los ámbitos financieros y saben interpretar cuadros de mando
integrales. Creo que los déficits están en conocer y utilizar las nuevas
herramientas de innovación y adecuación rápida de oferta a demanda. Empresarios
como Enrique
Sarasola revisan
todos los días su lienzo de Osterwalder para
ver en qué eslabón de su cadena de valor pueden diferenciarse y cómo, eso
mismo, lo podrían hacer casi todos los empresarios del sector; es fácil, sólo
es cuestión de conocerlo y aplicarlo. Es sólo un ejemplo.
También en temas de marketing hay bastante
desconocimiento. Si bien por ejemplo las cadenas hoteleras suelen contar con
empresarios que conocen su mercado, es muy frecuente que el pequeño empresario
o restaurador no invierta casi nada en marketing y comunicación, cuando el
mercado requiere de ello para lograr diferenciarse o acertar en las propuestas.
Quizá si el empresario, especialmente el pequeño, tuviese otra formación, esto
no sería así. Negocios turísticos con mobiliario millonario pero sin
presupuesto de comunicación son muy frecuentes.
- ¿Qué
soluciones propondría para dar respuesta a esta necesidad de formación? En su
opinión, ¿el empresariado turístico español, y el hotelero en particular, está
en continua actualización o es ahí donde tiene su asignatura pendiente?
Creo que hay dos aspectos a tener en cuenta: la
oferta formativa en sí por un lado, y la actitud del empresario por otro. Un
empresario puede estar actualizándose constantemente hoy en día, a través de
fuentes en medios sociales, webinars, charlas, eventos, etc., si él quiere y
casi sin invertir, oferta hay. Por otro lado, existen modalidades de masters
ejecutivos que son muy apropiadas para la disponibilidad de tiempo que suele
tener un empresario.
Lo que está claro es que los cambios son cada vez
más rápidos, y hemos pasado de tener una diplomatura en turismo y leer la
prensa para informarse, a vivir en un ecosistema complejo en el que nacen
términos como "Knowmad" o nómada del
conocimiento. La respuesta a la necesidad de formación creo que
pasa primero por la actitud y compromiso del empresario en primer término, y
segundo, por las modalidades semipresenciales u online sobre metodologías
ágiles, es decir, píldoras y talleres con los que aprender herramientas
concretas para soluciones concretas, que serán tendencia en los próximos años
por su practicidad.
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