En
plena consolidación de las redes
sociales, cuando todo nuestro tiempo de ocio y buena parte del de
trabajo gira en torno a ellas, muchas empresas, algunas por necesidad y otras
por moda, se plantean incorporar a su día a día una red social corporativa.
Como en
el caso de las redes sociales tradicionales, hay que conocer su funcionamiento,
saber qué objetivos tenemos y elaborar un plan para conseguirlos.
Las
redes sociales corporativas tienen una serie de ventajas en caso de una
correcta utilización, entre las que podemos destacar las siguientes:
>Menor
pérdida de tiempo y, por tanto, mayor productividad.
>Como
consecuencia de lo anterior, el negocio se vuelve más ágil y mejoran todas las
áreas del mismo.
>Fomentan
la colaboración, estén donde estén los empleados, y el trabajo en equipo.
>Permiten
compartir conocimientos y, en muchos casos, detectar el talento de los
empleados.
>Fomentan
el sentimiento de pertenencia, lo que favorece la implicación de los
trabajadores y facilita la transmisión de los valores de la compañía.
>Permiten
abrir nuevos canales de comunicación, en todos los sentidos.
>Permiten
desarrollar subgrupos por temas de interés.
>Fomentan
la transparencia y la cultura 2.0.
Como
decíamos antes, hay que saber usarlas para que muestren todo su potencial. Para
ello, aquí os dejamos algunos consejos:
>Explica
a los empleados claramente sus usos, para qué se implanta y qué pueden hacer en
ella (o qué uso se espera que hagan de ella).
>Ofrece
toda la información y asesoramiento que sea necesario.
>Implica a todos dentro de
la empresa, desde el cargo más alto hasta el último empleado.
>Permite
sugerencias y crea los espacios necesarios para compartir ideas de mejora.
>Comparte
comunicados y mantén informados a los trabajadores.
¿Algún
ejemplo de redes sociales corporativas? Pues si estáis interesados, podéis
echar un vistazo a Yammer, Zyncro, Kudos, SocialCast o Socialshared.
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